Historia
de los Juegos Paralímpicos
La historia de los Juegos Olímpicos
resulta ser realmente excitante e interesante. Los valores y el espíritu
competitivo que consigue transmitir han evolucionado a pesar de los distintos
cambios que ha sufrido el evento a lo largo de su historia. Sin embargo, en
ella no hubo prácticamente lugar para los discapacitados, que siempre fueron
vistos como personas inválidas para la práctica deportiva, entre otras muchas
cosas. Solo unos pocos pudieron competir en los Juegos Olímpicos, a principios
del siglo XX, antes de la creación de los Juegos Paralímpicos.
Sin embargo, con
los grandes avances de la mentalidad humana, se ha cambiado la concepción que
se tenia sobre las personas discapacitadas, dándoles muchos más valores y
viendo realmente su gran talento, también para el deporte. Por eso, a mediados
del siglo XX, se decidió dar cabida a todas las personas discapacitadas en un
evento llamado Paralimpiadas o Juegos Paralímpicos. La palabra Paralímpico
procede del griego y viene a significar a aquello que se hace en paralelo a la
olimpiada.
Las Paralimpiadas de verano se han
dado oficialmente, cada cuatro años, desde el año 1960, cuando se celebró la
primera edición oficial en la ciudad italiana de Roma. Las ediciones de
invierno se dan desde 1972.
Antecedentes: Atlétas.
Antes de la celebración de la
primera edición de los Juegos Paralímpicos, en el año 1960, se dieron distintos
antecedentes que demostraron que los deportistas discapacitados debían tener un
lugar en un festival deportivo como las Olimpiadas. Distintos atletas
consiguieron llegar a competir por sus respectivos países como atletas en los
Juegos Olímpicos. El primero fue George Eyser, un gimnasta nacido en Köln,
Alemania, pero afincado en Estados Unidos, compitió para el país americano
ganando seis medallas a pesar de disponer de una pierna artificial de la época.
Los húngaros, Karoly Takacs y Olivér Halassy también compitieron en Olimpiadas
siendo discapacitados.
El primero compitió en tiro para su país en Londres 1948
y en Helsinki 1952, consiguiendo un oro en cada una de las ediciones en las que
participó, a pesar de faltarle el brazo derecho. Olivér, por su banda, compitió
en Amsterdam 1928, Los Angeles 1932 y Berlin 1936, consiguiendo una plata y dos
oros respectivamente. Lis Hartel compitió en equitación para su país,
Dinamarca, a pesar de tener paralisis de rodillas para abajo a causa de una
poliomielitis sufrida. Cabe destacar dos casos de atletas discapacitados que
participaron en los Juegos Olímpicos tras la creación oficial de los Juegos
Paralímpicos. El primero es el de la neozelandesa Neroli Fairhall, arquera
paraplegica, que participó en Brisbane 1982. El último caso, y más reciente, es
el del atleta sudamericano Oscar Pistorius quien corrige la doble amputación de
sus piernas con unas prótesis transtibiales, construidas en fibra de carbono.
Este último caso es especial, ya que optó por disputar las dos pruebas del
olimpismo veraniegas, las Olimpiadas de Londres 2012 en primer lugar y las
Paralimpiadas de Londres 2012 acto seguido.
Antecedentes: Competiciones
también hubo una competición
dirigida a personas discapacitadas pocos años antes de la disputa de los
primeros Juegos Paralímpicos en Roma 1960. Las Olimpiadas de 1948, las segundas
disputadas en Londres, se hicieron coincidir con un acto dedicado a los
discapacitados británicos bautizado como Juegos Internacionales de Silla de
Ruedas 1948. Fueron ideados por el Dr. Guttman para intentar dar cabida a los
discapacitados en una gran cita mundial deportiva. En 1952 se volvió a repetir
la cita, aunque esta vez con más participantes y un país contrincante de Gran
Bretaña, como fue Holanda. Ambas ediciones tenían la particularidad de que eran
únicamente dedicados a los veteranos de guerra de la II Guerra Mundial.